Aunque mucha gente conoce esta ciudad por ser uno de los destinos turísticos más destacados dentro de la geografía española, lo cierto es que la historia de Benidorm se remonta muchos siglos atrás en el tiempo. ¿Por qué no conocerla un poco más?
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Castillo de Benidorm
Aunque hoy en día solo quedan algunos restos de lo que en su momento fueron un castillo y una muralla, en su momento hubo aquí una auténtica fortaleza de defensa que, durante los siglos XIV a XVI, fue utilizada para protegerse de las incursiones de los piratas argelinos y los berberiscos. Estos restos se encuentran en el casco Antiguo de Benidorm.
La construcción comenzó en torno a la segunda década del siglo XIV, y no fue sencilla, puesto que había que transportar los materiales hasta una zona a la que el acceso no era fácil y, además, había poca mano de obra, puesto que la población de Benidorm en aquel momento no superaba los 50 habitantes.
La primera versión del castillo duró muy poco tiempo intacto, y se vio seriamente dañada por un ataque de los piratas africanos en 1388, que obligó a los vecinos de Benidorm a refugiarse en la vecina localidad de Polop. De hecho, Benidorm acabó integrándose dentro del término municipal de Polop.
Unos 300 años después, Beatriz Fajardo de Mendoza hereda las tierras y realiza varias inversiones para rentabilizar su señorío. La creación del Riego Mayor de Alfaraz llevó de nuevo habitantes a Benidorm, que llegaron para trabajar sus tierras.
En 1666, Beatriz Fajardo completó su inversión con la Carta Puebla, que independizó a Benidorm de Polop. También en esta época se procedió a reformar el castillo.
Ya en el siglo XIX, la construcción quedó abandonada y comenzó su deterioro. Hoy en día, solo quedan algunos restos de las murallas, que yacen sobre las rocas del mirador, lo que actualmente se conoce como balcón del Mediterráneo.
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Antiguo pueblo de pescadores
Con el paso de la Edad Media a la Edad Moderna, la evolución de Benidorm fue muy similar a la de muchos pueblos de la región.
El agua dulce en la zona escaseaba, así que la agricultura no era demasiado rentable. De ahí que la mayor parte de la población acabara dedicándose a la pesca, que era la única actividad que permitía obtener medios con los que alimentar a las familias.
Los pescadores de Benidorm se hicieron famosos en todo el país gracias a su desarrollo de la técnica de la almadraba, que les permitía capturar muchas más piezas que con la pesca tradicional. Por eso, esta técnica empezó a extenderse por el resto de la costa mediterránea y más allá.
Tras las guerras napoleónicas, Benidorm estaba devastado y convertido en un nido de piratas y contrabandistas, por lo que Fernando VII armó una flota que se encargó de liberar la ciudad. A partir de ese momento, el municipio contó con una flota local que acabó convirtiéndose en la primera compañía comercial de la guardia costera.
En la segunda mitad del siglo XIX, este pequeño pueblo de pescadores empezó a despertar la atención de las clases adineradas de Madrid y Alcoy, y se construyó para ellas el balneario la Virgen del Sufragio. Sin embargo, la crisis de la filoxera, la crisis del comercio marítimo, la Guerra Civil y la Segunda Guerra Mundial paralizaron el desarrollo del municipio.
Primera ciudad del bikini
Hay un Benidorm antes y después de la llegada del bikini. Pedro Zaragoza, el alcalde más recordado de la ciudad, quiso hacer de ella el destino perfecto para los turistas nacionales e internacionales, y lo consiguió.
En 1952, el alcalde promocionó su pueblo por toda Europa con una ingeniosa campaña que ideó él mismo. Tuvo tanto éxito, que no tardaron en llegar viajeros de todas partes del continente europeo en busca de sol y playa.
Una de aquellas jóvenes extranjeras que llegaron se acercó en bikini a un chiringuito a pedir un refresco, y fue multada por la Guardia Civil por escándalo público. El alcalde puso entonces rumbo al Palacio de El Pardo para tratar el asunto con Franco y, a pesar de la oposición de la Iglesia, al final el uso de bikini fue autorizado.
En muy poco tiempo, la población de Benidorm pasó de 2000 habitantes a 72 000, y comenzó un imparable desarrollo urbanístico y social, convirtiéndose en todo un referente a nivel nacional, como bien demuestra el éxito que durante décadas tuvo el Festival de la Canción de Benidorm.
En los años 70, la ciudad se había consolidado como uno de los destinos turísticos más populares en toda Europa, y siguió ganando visitantes gracias al desarrollo de infraestructuras como el aeropuerto de Alicante. Los festivales de música de Benidorm también ayudaron a ampliar su fama a nivel nacional.
En los años 80, continuó el boom urbanístico y los rascacielos de Benidorm comenzaron a ser parte importante del paisaje de la ciudad. Tanto que, a día de hoy, Benidorm está en el top 10 de las ciudades con más rascacielos a nivel mundial.
Aunque esto fue muy criticado en su día, actualmente, es todo un referente en materia de sostenibilidad. Porque la construcción en altura ha permitido dar respuesta al problema de la necesidad de alojamiento, a la vez que ha evitado que todo el terreno virgen del municipio sea ocupado por edificios.
Una ciudad para todos
Muchos siglos después, el pequeño pueblo de pescadores es una ciudad moderna y cosmopolita amada tanto por los españoles como por nuestros vecinos europeos. No importa cuantos años tengas, cuál sea tu estilo de vida o qué te guste hacer, porque en Benidorm te vas a sentir como en casa.
Tranquilo en temporada baja y bullicioso en temporada alta, aquí siempre vas a encontrar buen tiempo, playas limpias y bien cuidadas, cientos de ofertas de entretenimiento y un espíritu joven que se contagia a todo el que conoce la ciudad.
La historia de Benidorm es larga y está llena de datos curiosos. Ahora que sabes más sobre ella, ¿por qué no adentrarte de lleno en la ciudad y conocer todos sus secretos?
