La localidad de Moraira, asentada en plena Marina Alta, pertenece al municipio de Teulada. Este último está situado en el interior, mientras que el primero se localiza en la costa, cerca de otras ciudades muy conocidas de la Costa Blanca como Calpe, Benidorm o Denia.
Este pequeño núcleo urbano, con apenas 1700 habitantes censados, multiplica su población durante el verano, con la temporada alta de turismo. Hoy te mostramos qué ver en Moraira.
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Calas y playas de Moraira
Visitar Moraira supone disfrutar de paisajes y entornos que recuerdan a las costas mallorquinas e ibicencas, con litoral agreste y virgen. Siguiendo la línea de costa, a poco más de 10 kilómetros se encuentra Jávea, en dirección norte. Y menos alejado, pero en dirección sur, se localizan Calpe y el famoso peñón de Ifach.
Moraira cuenta con unos ocho kilómetros de litoral, aunque buena parte de su costa es rocosa y escarpada, poco accesible por tierra. Aun así, el pueblo ofrece bonitas playas y calas que sí ofrecen oportunidades de baño y descanso. La cala de Cap Blanc o Punta Estrella, las de la Galera y de l’Andragó, Les Platjetes, la cala del Portixolet, la playa del Portet, la Cala Llebeig y la playa de L’Ampolla son todos sus arenales.
La mayoría de estas playas son pequeñas, están muy próximas entre sí y ofrecen buenas condiciones de baño. En muchas de ellas se puede practicar snorkel y algunas empresas de turismo activo en la zona ofrecen la posibilidad de alquilar kayaks para descubrirlas desde el mar.
De todos los arenales, el más concurrido es la playa de l’Ampolla, que se enmarca junto al núcleo urbano, es de arena y ofrece unos 40 metros de anchura hasta la orilla.
Castillo de Moraira
Más allá de las playas, entre las cosas que ver en Moraira no puede faltar su castillo. En realidad, más que una gran fortaleza, se trata de un pequeño baluarte defensivo, una construcción con forma de herradura que se remonta al siglo XVIII, en concreto a la década de 1740. Este edificio está situado muy próximo a la playa de l’Ampolla y el marjal del Senillar, un humedal declarado Reserva de Fauna Silvestre desde el año 2004.
Lo más interesante de la visita al castillo es la exposición permanente sobre las torres de defensa de la costa erigidas durante los siglos XVI y XVIII. Estas estructuras tenían como objetivo alertar de las posibles incursiones de piratas berberiscos. Son una constante en todo el Mediterráneo y llegan incluso hasta las costas atlánticas, aunque en algunos casos su origen se remonta a la época musulmana.
Puerto de Moraira
El Puerto de Moraira, hoy puerto deportivo, inició su actividad en 1935. En ese año se construyó un primer dique para hacer frente a la potencia de las olas sobre las embarcaciones durante los temporales.
Hasta ese momento los barcos varaban sobre la arena. Durante décadas se mantuvo como un espacio pequeño pero funcional. Fue en 1979 cuando se propuso la ampliación del puerto con motivo de la fundación del Club Náutico.
Hoy en día es una instalación moderna y adaptada a los tiempos que acoge numerosos barcos. Históricamente, ha servido como espacio para la exportación de uvas, algo que también se hacía desde las comarcas de las Marinas Alta y Baja.
Casco antiguo
Aunque solo hay censadas 1700 personas en este pueblo, su entramado histórico sorprende por su belleza. El núcleo urbano de Moraira no surge hasta el siglo XIX, pero fue la construcción del castillo un siglo antes lo que dio pie a que aparecieran las primeras casas de pescadores.
Ya en el siglo XX comenzaron a construirse edificios con fines vacacionales, como hoteles y segundas residencias, también comercios y restaurantes. Las calles más recomendables del centro histórico se localizan en las cercanías del puerto. Algunas muy populares son Barranquet, Dr. Calatayud, Almacenes y Mar.
Torre del Cap d’Or
El momento de ponerle fin a una jornada en Moraira es acudir hasta la Torre del Cap d’Or. Está situada al este del pueblo, junto a la playa del Portet. Se levanta en la península conocida como punta de Moraira o Cap d’Or. El pequeño cabo está coronado por una antigua torre vigía que se levantó en el siglo XVI.
Esta torre se alinea con todas las construcciones defensivas que se explican en la visita al castillo. La costa alicantina está plagada de edificaciones de este tipo. Cap d’Or tiene unos 11 metros de altura y lo curioso es que no se entra a ella desde la base, sino desde una zona intermedia a la que había que llegar por una escalera de cuerda que se lanzaba desde el interior.
Este lugar ofrece bonitas vistas panorámicas que alcanzan hasta los acantilados de Benitatxell y el peñón de Ifach. Si no sabes qué ver en Moraira en un día, aquí tienes una visita imprescindible.
Cueva de las Cenizas
La Cueva de las Cenizas, o Cova de les Cendres, también se sitúa en la punta de Moraira. Para llegar a ella hay que seguir la ruta SL-CV-51. Se localiza cerca de los acantilados y recibe su nombre por el curioso color grisáceo de su interior.
Este espacio es uno de los yacimientos arqueológicos más destacados en la Comunidad Valenciana, pues en él se han descubierto vestigios que muestran su ocupación desde hace al menos 25 000 años.
En la era del Paleolítico ya se habitaban estas grutas. A su vez, de la etapa neolítica se han hallado restos cerámicos. Y más adelante, los íberos fue otra civilización que se asentó en la Cova de les Cendres, pues todavía hoy se observan restos de algunos muros que demuestran que allí hubo un importante asentamiento humano. Algunos de los objetos encontrados en la gruta se conservan en el Museo Arqueológico Provincial de Alicante.
Esperamos que estas ideas sobre qué ver en Moraira te sirvan de punto de partida para disfrutar de la zona. La visita a este pequeño pueblo costero alicantino la puedes completar con un paseo por otro de los pueblos de la Costa Blanca.
